Se acabó el divorcio… ¿sí?

Ahora estamos tratando de casarnos otra vez. Sucede que el día que firmamos el divorcio, en la oficia del notario, fue un día de julio del 2020 del maldito año de la pandemia que ojalá que ese año desaparezca de los libros de historia.

Ese mismo día por la tarde le llame al que ahora era mi ex marido y le prometí que haría todo lo que sea necesario para que regrese a la casa y seamos una familia otra vez. Durante los dos años que vivimos separados le mandé una cantidad infinita de mensajes, le mandé cartas con mis hijos cuando iban de visita, le llamé por teléfono, le envíe esta canción a su whattasapp, le mandé muchos dibujos de Lucy Van Pelt con Schroeder, de todas las formas posibles hice para convencerlo de que regrese aquí a la casa que compartimos durante más de veinte años.

Gracias a Dios, un día de junio de 2022, efectivamente volvió a la casa y a mi vida. Volvimos a ser una familia de papá-mamá-dos hijos otra vez.

Por cuestiones de los seguros y los trámites y los papeles, decidimos casarnos de nuevo. Por el civil, puesto que por la Iglesia nunca dejamos de estar casados. Pero le dije «esta vez tu te encargas de organizar todo el show. La primera vez lo hice yo». De tal forma que Ricardo fue a la oficina del Registro Civil y la señorita le dijo que tenía que llevar el acta de divorcio.

«Ah claro», le dije a Ricardo, cuando me pidió el acta, «yo la tengo». Y le entregué un documento de muchas hojas tamaño oficio que dice «EN LA CIUDAD de Mérida Yucatán se presentaron los ciudadanos tal tal y tal y tal … bla bla bla bla … etc etc etc»

Ricardo me dijo: No esto no es, tiene que ser el ACTA de DIVORCIO. Ay caray no pues eso no tengo. Le hablamos al abogado que hizo los trámites en ese años 2020 y nos dijo que … explicó unas cosas en idioma de abogados y total todo quedó en que va hacer lo posible para que el acta quede lista. Yo quería casarme el 6 de febrero del 2024, día que cumpliré 25 años de haberme casado por la Iglesia. Todo parece indicar que no se va a poder. En esa fecha específica.

El hecho que yo hable de mi divorcio en mi blog o en Facebook en su momento levantó mucha controversia, opiniones a favor algunas y en contra algunas otras. Yo carezco de ese pedazo de cerebro que hace que te importe lo que digan los demás, así que, como no me importa lo que digan los demás, lo seguí haciendo; vaya, lo estoy haciendo ahorita mismo.

El otro día hace como cuatro o cinco meses fui a un evento y me encontré a una persona a la cual hace mucho mucho que no veía. Me dio un gusto enorme saludar y le dije «¡¡¡HOLA!!! ¿CÓMO ESTÁS?? y un gran abrazo y seguidamente le pregunté por su pareja ¿Y FULAN@?? «No sé», me respondió «supongo que en su casa»

En ese momento me quise morir. Me bajó el azúcar y la presión. Me puse roja cómo un tomate, me dio tanta vergüenza que simplemente agarré y me fui, dejando a esta pobre persona ahí de pie.

No tenía la más remota idea, ninguna noción, nada de nada, de que está persona se había divorciado. Preguntar por la pareja de alguien ya no lo vuelvo hacer. Eso sí ya lo aprendí. Qué verguenza pasé.

Los que se quedan y el efecto Roma

«The Holdovers» es una película dirigida por Alexander Payne y protagonizada por Paul Giamatti. Se trata de una escuela, mejor dicho, un internado, en un lugar cerca de Boston. Llegan las vacaciones de diciembre, todos se van a sus casas excepto un maestro, la cocinera y un alumno.

Pasa un buen rato antes de que te digan exactamente que año es. Pero debido al efecto Roma, se puede uno dar cuenta desde el inicio con bastante certidumbre. El efecto Roma es esa moda que puso la película del mismo nombre de reproducir el ambiente a los más mínimos detalles, lo cual está muy padre y muy chévere si te tocó crecer en esa etapa, porque de lo contrario, si no te son familiares esos ambientes, te da exactamente igual.

Aquí en esta película «Holdovers» le echan muchas ganas a eso, de tal forma que las modas, los programas de televisión, los empaques, los anuncios, los coches, todo está minuciosamente cuidado para que corresponda a 1971. A mi me dio mucha nostalgia, como buena hija de los años 70s que soy.

La mujer que hace de cocinera –que me da mucho mucho mucho gusto escuchar que unas personas la llamaron «la gordita» en lugar de «la negrita»— hace una actuación buenísima magnífica sensacional y espectacular. Para empezar, fuma como alguien que sabe fumar. Si yo hubiera contado las veces que sale en películas o series gente «fumando» y lo hace tan mal que parece que es su primer cigarro. Han sido muchas decenas de malos fumadores y malos actores / actrices.

Volviendo a la magnífica actuación de la actriz Da’Vine Joy Randolph. Hay una escena donde está guardando en un cajón unas ropitas. Las lágrimas se salían de mis ojos de lo conmovida que me hizo sentir. No dijo ni una palabra. Solamente guardaba la ropita. Era su cara, su actitud, sus ojos, tan convincentes y profundos… y yo, Lucía, tragándome los mocos.

Con respecto a la historia, podemos resumirla así: «mentir está bien. decir la verdad no sirve». Esa es la lección de la película. Disfrazada, eso sí, de mucho «charm».

Qué bueno que la fui a ver, salí contenta de la sala de cine. Pero tampoco es para tanto, la verdad. Tampoco para que haya creado tanto revuelo, la verdad. Excepto la actuación de Da’Vine.

Pobres criaturas un poco como Barbie

Yorgos Lanthimos –a quien yo llamo Jurgen Frustangulus por un personaje de las caricaturas «Los Padrinos Mágicos»– es un director griego de quien yo he visto tres películas antes de ésta: «Langosta» «El sacrificio del ciervo sagrado» y «La Favorita». Las tres me parecieron películas de esas que te dejan inquieto o inquieta, fuertes (sobre todo la del ciervo), y la verdad, bastante sencillas en su cinematografía. Es decir, la trama de las tres estaba fuerte y complicada, con una presentación sencilla sin complicaciones, incluso «La favorita» donde se ve un esfuerzo con la vestimenta y la escenografía pero que aún así sigue siendo una película de principio-medio-final.

Se nota que alguien le dijo: Jurgen (o Yorgos) ahora tienes que hacer una película «aesthetic». Y Lanthimos dijo: OK.

La película tiene un mensaje que me recordó un poco a Barbie, es decir, el mensaje de que las viejas somos unas chingonas y podemos y debemos ser libres y en cambio los hombres son una bola de imbéciles. Lo cual no tiene nada de malo, es el mensaje que quiseron dar y en este mundo hay libertad de expresión y al que no le guste que se salga de la sala de cine y todos en paz.

Sin embargo este griego Jurgen Frustrangulus le puso demasiados adornos navideños. Está demasiado demasiado sobre producida. Juega con los colores con las tomas con las actuaciones con los planos el vestuario la escenografía los diálogos… no supo cuando parar el probre Yorgos. No supo cuando detenerse. No supo cuando «enough is enough». Y al final de tanta cosa, le quedó esta ensalada.

Qué bueno que la fui a ver, no me arrepiento. La función comenzó a la 1.50 pm, y después de los cortos y Paloma y Nacho y todo eso, comenzó digamos a las 2.05 y cuando salí de la sala de cine medio atarantada de tanta cosa que vi, eran las 4.20… un poco larga, pero no tan larga.

Escenas de sexo hay muchísimas. Este será mi último comentario.

Lucía en estado gaseoso

Durante años de años de años, lo primero que hice al despertarme por las mañanas fue tomar un café con leche. Con mucha leche «light».

Yo pensaba que mi linda barriga que colgaba como un muffin de Cervera, se debía a los panes o charritos que había ingerido, a los embarazos y a la edad.

Intenté el ejercicio, las dietas, y con un poco bastante de desesperación acudí con una cirujana plástica del Star Médica. La doctora tomó con sus manos mis lonjas, las estiró como dos metros y me dijo «mmmm se extraerán unos tres litros» «Ay caray» me dije para mis adentros, «ahora me entero de que la grasa se mide en litros»

La doctora hizo unas cuentas rápidas y me comunicó que rondarían los 80 mil pesos extraer esos tres litros, entre los estudios previos que me tenía que hacer para ver si me corazoncito aguantaría la cirugía, el quirófano, el anestesiólogo, etcétera, por supuesto los honorarios de la doctora, en fin. La persona que me acompañaba en la consulta me dijo: «aprovecha la anestesía y que te arreglen los ojos caídos»

En esos días hubo una reunión con el grupo de mejores amigas que Dios me concedió y por el cual estaré eternamente muy agradecidísima, ya que son un grupo de mujeres inteligentes y amorosas. Les conté mi visita con la doctora cirujana plástica. Y una de mis amigas me dijo: «lo que tienes que hacer es dejar de tomar leche. Ni siquiera tomes deslactosada»

Cuando recuerdo ese momento en que mi amiga me dijo eso, suena en mi cerebro el «Aleluya» de Haendel y un coro de ángeles celestiales y querubines acompañan la frase que me dijo mi amiga y comadre y que en efecto, cambió mi vida.

Resulta que la barriga de muffin, no era producto de los charritos, ni de los embarazos, era la pinche leche que me había estado tomando every single day por años de años.

Suspendí la leche, la crema, NO suspendí el queso, y desde eso mi vida ha dado un giro de 180 grados y el muffin ha desaparecido en su gran mayoría. Digamos que no tengo cuadritos, para nada, lejos de eso; PERO tampoco me cuelgan las carnes estomacales y en cambio la vida me sonríe y ya no estoy flotando por los aires cuando me traslado de un lado a otro.

Me pregunto si yo hubiera accedido a hacerme la cirugía, aquella doctora hubiera abierto lo que tenía que abrir y habrían salido unos cuantos … ¿litros? ¿kilos? … de GASES.

Se venden cuadros de punto de cruz

Pongo a la venta algunos cuadros que he realizado en punto de cruz. Cualquiera por $1500 pesos más costo de envío por Estafeta. Incluyen el marco y el cristal del enmarcado. La parte de atrás NO está perfecta, aún no aprendo a que se vea lo mismo de un lado que del otro. Algún día lo lograré.

Si te interesa algún cuadrito favor de mandar correo a lucycerveragc@gmail.com

¡VENDIDO EL CUADRO DE LAS NARANJAS! ¡Gracias por su compra!

¡Vendidos los pavos reales! Gracias por su compra

VENDIDO EL CUADRITO NAVIDEÑO! ¡Gracias por su compra!

Libros que leí en el 2023

Cuando crecen los hijos se encuentra uno con algo que no tenía antes: tiempo. Además de costurar en punto de cruz y ver series de televisión, utilicé ese tiempo para leer algunos buenos libros y otros no tan buenos.

Killers of the Flower Moon. En vista de que se aproximaba el estreno de la eternamente larga película protagonizada por Robert De Niro, me puse a leer el libro que no está nada largo, al contrario, bastane suscinto. Al principio me encantó, porque el autor comienza a narrar algo y de repente ¡pum! una sorpresota que no te esperabas. Sin embargo al final del libro la historia se complicó bastantísimo porque había muchísimos nombres y personajes involucrados. Casi todo el pueblo de Osage tuvo algo que ver, casi todos mataron a alguien o fueron asesinados por algún otro. Ahí sí, la película está bastante más clara.

Nicolás y Alejandra. Que tristeza de libro. Este ya lo había leído hace muchos años, y junto con el libro vi la película, que es una obra maestra. Son los últimos zares de Rusia, Nicolás y Alejandra. De acuerdo con el autor, eran como espectadores de su propia vida. Algo que me sorprendió mucho, que no sé que tan cierto sea, es que ellos, la familia imperial, financiaban con su propio peculio sus gastos. No los mantenía los impuestos de la gente. Lo cual hace que sea mucho más injusto su final. Repito, este libro me dejó muy tristona. Hermosamente triste.

The Woman in me. El libro de Britney Spears. Ella me gusta mucho como bailarina, su voz es bastante potable, y es muy muy bella. No me gusta tanto que sea tan sexualizada. Según dice ella misma, así la hacían ser los que la controlaban. Ciertamente no se va a ganar un premio de literatura. En su libro ella se concentra escribiendo acerca de la tutela que tuvo que aguantar durante trece años. La verdad, aburre un poco. Es muy insistente en sus quejas vs su papá, su hermana, y bueno, contra prácticamente todo el mundo que la vio crecer.

El Cuerpo Humano. El autor se llama Bill Bryson, quien tiene la maravillosa capacidad de hacer entendible lo que es inentendible. Tiene otro libro que se llama «Una historia acerca de casi todo» que es un sensacional libro acerca de la formación del universo y el surgimiento de la vida humana en el planeta Tierra, unos temas super complicados que el autor describe muy entretenidos y comprensibles. Este otro libro trata del cuerpo humano. Está muy ameno, sin embargo, parece un desfile de todas las cosas que no sabemos porqué suceden. Por ejemplo: Nadie sabe porqué las puntas de los dedos se arrugan cuando estás muchas horas adentro del mar, la tina o la pisicina. (Aquí en Yucatán decimos que se ponen «chuchules») Otro ejemplo: nadie sabe porqué dormir es tán importante. Otro más: Nadie sabe porqué no nos caemos de la cama cuando dormimos. Es una serie de conocimiento que NO tenemos de nuestro propio cuerpo humano. Es un poco inquietante darse cuenta de lo que no sabemos. Hablando del libro, vale la pena leerlo, aunque sea para saber todo aquello que nadie sabe.

Este año 2023

Cosas que pasaron este año.

Se puso de moda el Ozempic, del cual no sé nada, no lo he probado, no creo que lo vaya a probar, pero al parecer, es la gran cosa y se estará hablando de esta nueva sustancia por muchos años más.

La guerra Israelí – Palestina, es una guerra que lleva muchos muchos años, sin embargo en este año 2023, observé una gran empatía por la parte Palestina, o hacia la parte Palestina, simpatía existente en Latinoamérica y otras partes del mundo, que al menos antes no me parecía que estaba tan presente. Como sea, es una guerra muy triste. Como todas. Ojalá se acabe pronto.

Se inauguró la Esfera de la ciudad de Las Vegas, que para quienes ya la vieron, parece algo muy espectacular.

2023 el año de las películas eternas. Oppenheimer, Asesinos de la Luna y Napoleón fueron películas que duraron toda la vida. Fui a ver Asesinos de la Luna un sábado y salí hasta el miércoles; pasé la Nochebuena en la sala de cine y tuve mi cena navideña con mi familia mientras veía Napoleón, y ni qué decir de Oppenheimer, ¡todas demasiado largas! Y otro fenómeno de cine en el 2023, fue Barbie! Divertida película que habla mal de los hombres !

También en 2023 el idiota de la tira cómica «Dilbert» resultó ser un racista.

En nuestro México lindo y querido, podemos decir que por primera vez dos mujeres son candidatas a la presidencia de la república por parte de las coaliciones más grandes, de tal manera que es casi muy dificil que el próximo presidente no sea mujer. El huracán Otis cayó en Acapulco con todas sus fuerzas, esa fue una mala noticia del 2023.

¡Feliz Año 2024!

Acerca del pelo canoso

Desde que soy muy joven tengo el pelo completamente cano. Cuando tenía unos 24 años, comencé a ir al salón para que le apliquen tinte.

Además el pelo me crece muy rápido, las uñas también. Será porque me gusta mucho la gelatina. Desde esa edad y durante 29 años, realicé diversos intentos para cubrirme las canas. Lo más frecuente era ir al salón de belleza, sentarme en una de las sillas, y aguantar con mucha paciencia que me pongan el tinte en la cabeza, me laven el pelo y después me lo sequen con secadora.

En otras ocasiones me ponía el tinte yo misma en mi casa. En otras más, me decoloraban el pelo, para que quedara color amarillo pollito, y sobre ese color «descolorido» me ponían otro tono de amarillo, según esto para disimular las dichosas canas.

La operación «ocultamiento de canas» se dio casi sin interrupciones durante 29 años. Hasta que en julio o agosto del 2023, poco antes de cumplir Fifty Four, fui al salón de belleza y le dije a la estilista: córtame todo el pelo café, quítame todo el pelo con tinte, déjame únicamente las canas.

Me quedó el pelo totalmente blanco y como un cepillo. Como Gunther el que atendía la cafetería de Friends, pero blanco.

Hoy, diciembre, han pasado seis o siete meses y el pelo sigue completamente blanco, pero ya no parece un cepillo porque ha crecido. La gente cuando me ve, le da sorpresa. Parece sorprendida. ¡¿Qué le pasó a tu pelo?! No le pasó nada. ¡Así es mi pelo! solamente que me lo he estado tapando 30 años! He hecho el cálculo de cuánto tiempo he invertido allá en el salón de belleza en la aplicación del tinte y es poco más de un año entero de mi vida. Pues cada sesión son dos horas, tres horas, tal vez más si involucra la decoloración.

Qué bueno que agarré valor, si no lo había hecho antes es porque me daba miedo de verme muy anciana. Porque el pelo blanco es sinónimo de vejez. Pues bueno, ya lo hice y estoy contenta. ¡Bienvenidas las canas a mi cabeza!

Algunas series que vi este año 2023

Algunas series que vi este año. No necesariamente quiere decir que se publicaron este año, cabe la aclaración.

Por mandato del Cielo — protagonizada por Andrew Garfield. Dios es testigo que amo a Andrew Garfield desde que supe que había inventado Facebook. Me parece excelente actor, amén de guapísimo. Además es medio inglés y a mi todo lo british me encanta. Así que, si veo que Andrew Garfield sale en la película, serie, programa, episodio, u lo que sea, seguro que lo veo. En este caso no fue la excepción, sin embargo: oh decepción. Es una historia de la religión de los mormones, relatada al detalle, con demasiado detalle, que llegó a desesperar. Viene como hilo conductor un asesinato que hizo uno de estos mormones de su familia. Algo así. El pobre Andrew Garfield hizo todo lo posible por poner diferentes presentaciones de «cara de preocupación», y ya para el episodio cuatro o cinco ya aburría. De plano no me gustó. Ni siquiera la terminé de ver. Ya ni me acuerdo de qué plataforma la ofrece.

Love and Death — En cambio, esta me gustó mucho. De plano todo el tema de «true crime» me encanta. Si además le agregamos que este caso se desarrolla en los años 70s, me va a gustar más aún. Verán, yo viví mis primeros años en los años 70 y les guardo un gran cariño.

Esta serie se trata de una pobre señora que se pelea con otra pobre señora y la mata. Se hicieron dos series del mismo caso, una se llama «Love and Death» y la otra se llama «Candy». Me gustó más la primera. Ambas son muy semejantes, incluso en los diálogos. La que se llama «Candy» tiene la ventaja de que sale Melanie Lansky, una actriz cuyo trabajo disfruto mucho. Excepto ese detalle, todo lo demás, esta mejor la otra versión, la que se llama «Love and Death». Además no son muchos episodios. La recomiendo.

Gaslit — siguiendo con el tópico «Aquellos gloriosos años 70», se presenta esta serie que habla de Watergate. Cuando sucedía todo esto de Watergate, había una señora que se llamaba Martha Mitchell que era esposa del Fiscal General de los EUA. Y ella se dio cuenta rápidamente de que algo raro estaba ocurriendo y que el presidente Nixon sabía perfectamente todo lo que estaba pasando y lo estaba negando rotundamente aunque era mentira. Julia Roberts hace re bien el trabajo de señora de los años setentas.Y sí, como sabemos, Nixon renunció por haber mentido con todos sus dientes respecto a Watergate. Ciertamente ayuda saber del tema, para disfrutar más la serie.

Yellowjackets — Me da un poco de pena admitir que esta serie me está encantando. Ya vi la primera temporada, me falta la segunda. En la descripción de la serie, aquella palabra que la define (por ejemplo, drama, comedia, biografía), dice que es «gore» y me da pena admitir que «gore» me gusta tanto. Protagonizada por Melanie Lansky, muy buena actriz, se trata de unos chamacos cuyo avión se cae en medio de la nada y las consecuencias a largo plazo de este suceso. Está muy muy muy demasiado gráfica, es decir, los cadáveres se ven en todo su esplendor y los crímenes y matanzas también. Fuera de eso tiene una historia entretenida. ¡Me gustó!

The Crown — La verdad es que no quiero hablar mucho de The Crown porque no quiero ofender a nadie. En general toda la serie es una obra de arte. Acerca de la última parte, observé que presenta a la mamá de Kate Middleton como una arribista wannabe, lo cual me da un poco de risa, porque si eso dicen de los Middleton que no dirían de Meghan Markle. El muchacho que hace de Wills que le den un oscar un tony un grammy y un ariel, porque lo hace perfecto hasta el último detalle.

Hay tantas series y programas tan buenos, falta tiempo para ver tantas opciones. Feliz Año 2024.

The Crown, en la lista de…

Hay varias series que quiero volver a ver, todos los capítulos, uno tras otro. Una es «The Crown». Otra es «Sopranos». Para gustos diversos, series diferentes.

No hace mucho, escribo esto en diciembre del 2023, se llevó a cabo la coronación de Carlos III como Rey de GB y de los países que forman parte de la Commonwealth. Publiqué una foto en facebook y mis asiduos lectores comentaron, a veces no muy amablemente, de todo el suceso, de la coronación, del mismo Carlos, de los corgis de la Reina.

Una amiga apreciada que vive en UK, llamó mi atención acerca de algunos comentarios no amables. Borré la publicación y le expresé mis disculpas. Ella me las aceptó amablemente. Fin de la historia.

Nosotros en México, supongo que en otras «democracias» también, constantemente nos estamos burlando de nuestros jefes de estado, presidentes, gobernadores. Al menos yo, todos ellos me caen mal. Casi siempre voto por el mismo partido, y hace muchos años lo hacía con entusiasmo. Ahora lo hago con aburrimiento y solamente por cumplir. Todos los presidentes de la república que hemos tenido desde que tengo uso de razón (esto es, de Echeverría para aquí) TODOS para mi han sido unos imbéciles y unos idiotas y no han sabido hacer nada bien.

A lo mejor uno que yo podría considerar buen presidente, Díaz Ordaz, fue un asesino sin escrúpulos así que tampoco puede caerme bien.

Pienso que tenemos el gobierno que nos merecemos y que cada vez estamos peor… y tontamente, con una limitada inteligencia, pensé que todos, en todo el mundo, están igual que yo aquí en Mérida Yucatán.

Pues no. Hay personas como mi amiga de UK que guardan respeto por sus jefes de estado. Y no gustan que sean criticados ni objeto de burla.

A mi amiga le digo: me das un poquito de envidia amiga. Nunca creo poder tener un jefe de estado que yo pueda respetar. Me gustaría tenerlo. Me gustaría que mis hijos lo tuvieran. No va a pasar.

Y con respecto a la serie «The Crown» la volveré a ver completa, un fin de semana de estos. Es como una película en capítulos. Está hermosamente realizada, y no importa tanto que tan apegado está a la vida real, de las reales personas, que vemos en la serie.

Las campañas

Estamos cerca del período electoral aquí en Yucatán lindo y querido. El domingo 2 de junio de 2024 los que tenemos edad suficiente, nuestra credencial de elector vigente y tantito ánimo iremos hacer una cola larga bajo el sol a la casilla que nos corresponda, y votaremos.

Los candidatos han colocado anuncios espectaculares anunciando que han sido entrevistados por diversos medios de comunicación completamente inexistentes. Entiendo que no se pueden promocionar como candidatos debido a una ley o reglamentación específica; lo que hacen es fingir una entrevista y lo que se está promocionando es esa entrevista. De veras, creen que nacimos ayer.

Ya sabemos más o manos quienes serán los candidatos y se van a gastar un montón de dinero que podría servir para tanta cosa en banderolas, anuncios, mantas, spots de radio, etc.

¿No podrían mejor hacer una mecánica tipo «La Casa de los Famosos» y recibir votaciones por teléfono, mensaje de whattsapp o página de internet? Nos ahorraríamos tanto dinero y hasta sería entretenido de mirar.

Análisis de los ganchos para la ropa

Lo primero que tengo que decir al comenzar este análisis, es que he conocido familias donde le llaman «gancho para la ropa» a esto:

En mi casa a este objeto que sirve para colgar la ropa en los estántes roperos o clósets, le llamábamos «hombrera». Misterios del idioma castellano.

Los ganchos para la ropa a los que me refiero en el título, son éstos:

Antes, usaba ganchos de madera. Con el afán de ser ecológica y no contaminar. Sin embargo, no duraban nada. La madera se deshacía rápidamente bajo los efectos del sol y de la lluvia y los elementos.

Así que comencé a comprar ganchos de plástico. Los mejores que he comprado son los que se observan en la imagen largos y de color blanco. Agarran muy bien la ropa y no solamente eso sino que también sirven para cerrar bolsas de productos que no se han acabado, por ejemplo de las papas fritas para botana o del fab Foca para lavar la ropa. Esos ganchos los encontré en Chedraui y no volvieron a llegar.

Los otros ganchos no son muy buenos, no agarran bien la soga y la ropa se apachurra, tal como se observa en la imagen:

Una duda que siempre me he preguntado, a mi misma, es la posición correcta para colgar la ropa. Según yo, debe ser de cabeza, es decir la ropa debe quedar de cabeza en la soga, no es que una se tenga que parar de manos para realizar la operación.

A mi entender, así es como se debe colgar:

Esto es, las mangas quedan colgando en el aire, en lugar de sujetar la ropa usando las mangas. De igual forma al colgar pantalones, las piernas se sujetan a la soga, y no al revés. No sé si esta es la forma más idónea, así lo he estado haciendo durante años. Entiendo que no se estira la ropa con el peso de colgarla bien mojada.

Pues bien, este ha sido mi análisis referente a los ganchos para ropa. Gracias por su atención.

La esterilización de Marilyn

Gatita Marilyn Monroe llegó a esta casa muy bebecita. Tendríamos que esperar seis meses para que se le esterilice. Llegaron y pasaron los seis meses y yo, me hacía boba. «Después la llevo» «Otro día» «Mañana» «Luego» etc etc. Procastinación que le llaman.

Así hubiera continuado la situación, hasta que una noche, descubrí en la puerta de la casa a gatito Joe DiMaggio. Precioso gatito, grisáceo de los que llaman «Balam», apuesto, galante. La Marilyn no tuvo ni que pensarlo dos veces y se dejó llevar por los encantos de Gatito DiMaggio.

La esterilización de Marilyn no podía posponerse ni un minuto más. Gatito Joe DiMaggio ejercía todo su poder de atracción y era cuestión de momentos que tuviéramos la sorpresa de unos bebés gatitos aquí en la casa. Imposible.

De tal forma que la llevamos a una clínica veterinaria que se llama Zoomanía, excelente clínica y excelente trabajo de la Dra. Anette Milke haciendo el procedimiento. Estuvo 24 horas en la clínica y regresó a la casa.

No hubo forma de conseguir que Marylin no se lamiera la herida. Le pusimos su collar isabelino y media hora después ya se lo había quitado y escondido en un espacio atrás de la estufa imposible de alcanzar. Le pusimos un calcetín para tapar la herida y también buscó la forma de arrancarlo.

Se abrió la herida. Al final de este texto hay una foto de la herida abierta, pero, prudencia por favor, está muy fuerte y gráfica la imagen.

Llevamos a Marilyn a Zoomanía y ahí estará 7 noches hasta que se cierre bien la herida. Me dicen las personas que la están cuidando, que la herida está progresando bien, pero que ella está del peor humor del mundo. Mientras tanto, Gatito Joe DiMaggio, todos los días le trae un cádaver -de iguana, cucharacha o escarabajo- suspirando por volver a ver a Marilyn lo más pronto posible.

Fumar es un placer

Hay una canción que dice “fumar es un placer… fumando espero al hombre que yo quiero”. Nunca la he escuchado. Otras personas me la han cantado, solamente esas dos líneas. Entiendo que es una canción de los años 40. Aunque nunca la he oído, coincido muchísimo con el mensaje.

Mi mamá me decía: nunca fumes en la calle. Únicamente las prostitutas fuman en la calle. Tal vez a eso se refiere la canción con que “fumando espero al hombre que yo quiero”

Crecí en los años 70 en una familia donde todos fumaban. Papá, mamá, tíos, hermanos, primos, maestros, doctores. Era raro que un adulto no fumara. Los maestros daban sus clases fumando. Los doctores encendían su cigarrito al final de la consulta. Era lo más normal del mundo.

Poco a poco se fueron colando la aterradora realidad que hoy es ampliamente conocida. Lo malísimo que es fumar para la salud de todos, incluso de los que no fuman pero andan por el rumbo de los fumadores.

Es una lástima, porque de verdad, fumar es un placer.

  • Al tomar el cafecito
  • Al finalizar la comida
  • En medio de la plática
  • Cuando tiene uno que usar el cerebro
  • Con la cervecita, cubita, vodkita o lo que sea

Yo aprendí a fumar a los 17 años, nunca olvidaré que estábamos en una fiesta de quince años (es decir, se festejaba un cumpleaños número 15 de una amiga, y no que llegué a la fiesta de 17 años y salí de 32), en un lugar cerrado que se llama Club Campestre. Bueno se llama “Gran Salón del Club Campestre”. 

Ahora en la tercera década del siglo XXI la situación es otra. La última vez que fui al mismo lugar, para una graduación, si uno quería fumar tenía que salir hasta la avenida exterior, es decir, la prolongación del Paseo Montejo. Para lo cual era necesario atravesar todo el estacionamiento, que es enorme, y con tacones, porqué no. 

No gracias, no vale la pena. Me aguanto las ganas de fumar y se acabó. 

Dijo una persona: dejé de fumar, de tomar, comencé hacer ejercicio, comer sano y mi vida se ha incrementado en años. Otra persona dijo: no es que sean más años efectivos de vida. Es que si no fumas, no tomas, no comes grasa ni dulces, los años que vives se te hacen eternos. 

Se supone que es un chiste. 

Visa y humillación

Desde 2016 no tengo visa para entrar al país que se encuentra al norte de México. Cuando venció mi visa, me dije «mientras Donald Trump sea presidente, no quiero ir». La verdad es que no tenía los medios para ir ni para renovar la dichosa visa.

En las diversas ocasiones en que he tramitado la visa tanto para mi como para mis hijos, ha sido camino para la humillación. Antes, cuando el consulado estaba en el Paseo Montejo, escuchaba uno claramente las entrevistas que hacían a los demás. Las ejecutivas consulares estaban atrás de un vidrio y con un micrófono hacían las preguntas. Se escuchaba perfecto cuando decían «su solicitud de visa ha sido RECHAZADA» y yo en la silla esperando mi turno sudando frío muriendo de ansiedad.

Pensando: seguro me la van a rechazar a mi también…

Luego veía en Facebook las publicaciones de los demás: «ya tengo mi visa indefinida para entrar a Estados Unidos». Indefinida quiere decir 10 años, que era el máximo (no sé si aún sea así). Se regodeaban porque los vecinos les habían dado permiso de entrar a gastar sus dólares. Como si acceder a EUA fuera motivo de cacareo.

Pasaron los años, Donald Trump perdió las elecciones, y yo llené todo el papeleo para renovar mi visa. Entre las cosas que me preguntaron fue la razón de mi divorcio. ¿Qué les puede importar mi vida personal? Pero en fin, puse «irrenconciliable differences» y seguí con todo el cuestionario. Pagué la cuota en el banco, que no es nada barata y que se pierde en el caso de que le nieguen a uno su visa. El trámite lo realicé por ahí de agosto del año de la pandemia.

Me dieron cita en el consulado de Mérida, donde yo vivo, para enero 2021.

El 20 de enero de 2021, el día que Joe Biden tomó posesión como presidente, me llega un correo que dice que mi cita en el consulado ha sido cancelada, y que si quiero otra cita, tengo que visitar su sitio web hasta que encuentre una.

Pasaron las semanas, los meses y nada. No había cita. Así que hablé al número que aparece en el sitio web. Hello? me dijo la señorita, «no hay citas en Mérida. Le puedo agendar en Guadalajara, Tijuana o Matamoros»

Yo pensando rápidamente, si vale la pena hacer un viaje a cualquiera de esos lugares, sobre todo en términos de $$$ para conseguir la visa. Pregunté: ¿para que fecha sería la cita? «Para SEPTIEMBRE del 2023»

WHAT????? No señorita muchas gracias, mejor espero a que haya citas aquí en Mérida.

Creo que ya no volveré a EUA.

No leas esto si no has visto «Nomadland»

Voy a narrar la película y habrá «spoilers» así que si no la has visto, y quieres verla, mejor no leas esto.

Lo primero que voy a comentar acerca de Nomadland es que puedo saber la cantidad de arrugas e imperfecciones que había en la cara de Frances MacDormand a la fecha de la filmación, tantos primeros planos le hacen. Ella hace el papel de «Fern» una mujer viuda que decide agarrar sus chivas y salir por la carretera hacia quién-sabe-donde. La empresa dónde trabajaba quebró y como que se quedó sin ninguna razón por la cual seguir viviendo en esa comunidad, sin su esposo y sin empleo, y bueno, sin haber tenido hijos tampoco.

Me gustó de la película que no es catastrófica ni trágica, al contrario, ella siempre tiene gente que le ayude, siempre hay comida, techo, apoyo moral, ya sea de otros «nómadas» o de su propia familia. La película te deja esa sensación de esperanza y buena «vibra». Hay algunas escenas asquerosas, a mi no me gusta ver en cine gente haciendo del donas (o dicho de otra forma, haciendo caca), ni salivando ni nada que ver con fluidos corporales. Sucede muy pocas ocasiones, a Dios gracias, dentro de la trama.

Lo que más me gustó fue la cinematografía, cuando ella agarra su coche/casa y visita bosques, o lugares inhóspitos, sobre todo cuando visita el már, las escenas están perfectas y ella se integra muy bien a la zona donde se cuentra, de tal forma que Fraces McDormand deja de ser Frances McDormand y se convierte en una piedra, un árbol, o una gran ola de mar.

Al final ella decide seguir su camino de nómada, aunque le ofrecen una casa y una vida más estable, la rechaza para poder seguir sus aventuras y sobre todo seguir en compañía de ella misma, esa es otra parte que me gustó, ya que yo soy feliz estando sola, me encanta estar sola y pude identificarme perfecto con su decisión de seguir por esos caminos de Dios.

Algo interesante es que algunos personajes son reales, es decir, hacen de ellos mismos, son personas que existen, por ejemplo Bob Wells, quien es un Youtuber y un nómada famoso.

Qué bueno que me animé a verla. No fueron dos horas desperdiciadas.

Plumas

¡Mamá!!!! ¡Tú cuarto está lleno de plumas!!! -me lanzó el grito mi hijo, desde el piso de arriba al piso de abajo

Tratando de descifrar a mis hijos he perdido varios miles de mis escasas neuronas. «¿Lleno de plumas?» mi cerebro se esforzaba en entender. «¿Bic? ¿Atómicas? ¿rojas? ¿azules?»

Varias horas después, al terminar la jornada laboral «home office», subí y a mi cuarto y entendí lo que querían decir mis hijos. Mi cuarto estaba lleno de plumas, efectivamente, pero de pájaro.

No era la primera vez que Gatito Jack me dejaba una ofrenda. (Ni la última). Sin embargo, nunca antes me las había dejado en mi habitación. Las anteriores y las posteriores, me las dejaría en el jardincito de la casa. Muy cerca de donde me siento, precisamente, a hacer «home office».

Las plumas venían de dos ofrendas, dos torcasitas. Ambas estaban bien desplumadas. Una estaba viva aún. La tomé con mis manos y la llevé al jardincito. Espero que se haya recuperado y levantado el vuelo, libre, como la tortuga de la señora de la playa.

La otra torcasita sí estaba bien fallecida. ¡Pobrecita! Gatito Jack me salió muy cazador. Después de estas que dejó en mi cuarto, que por cierto, qué dificil es barrer plumas de ave, me dejó otra más en el jardín. Aquí está la foto.

Los pájaros que no son nada tontos, cada vez vienen menos de visita. Lo mismo los toloks, esos ya de plano no se aparecen. Tampoco las arañas ni las lagartijitas esas que hacen «SMUAK SMUAK». Gatito Jack es bastante territorial, por lo que veo. Espero que cuando le traiga un compañerito, otro minino, lo acepte con hospitalidad.

Nunca digas nunca

¡Ah! ¡Por fin! ya es hora de dormir. Ya cumplí mi jornada laboral, preparé la comida, lavé los platos, por la tarde caminé 5 kms y ahorita voy a leer mi libro y descansar.

Mis hijos están en sus respectivas habitaciones, están bien y saludables, Gracias Dios mio. Mi libro está interesantísimo ya leí dos, tres páginas zzz zzz zzz

La noche transcurre con calma, la casa está silenciosa, completamente a oscuras. Mis hijos y yo dormimos. A lo lejos, un grillo. Cri-cri-cri. Las luciérnagas iluminan con su luz la negritud.

zzz zzz zzz

zzz zzz zzz

Miau

Miau

Miau prrrrrrr ¡Miau! MiauMiauMiauMiauMiau

Medio intento abrir los párpados con mucho trabajo, y gatito Jack está mirándome fijamente, con su rostro a exactamente un milímetro del mío.

¡Miau!

Girando sobre mi propio eje, me doy la vuelta y quedo de frente al otro lado de la cama.

Ppprrrrrrr miau miau pprrrrrrr

Gatito Jack se sube a mi costado, queda como esos chivos que se cuelgan de las montañas más verticales, y continúa su discurso, cada vez con más indignación:

¡Miau! ¡Miau! ¡Miau!

Con su cabecita se acerca a la mía, a la altura de mi barbilla y empuja. Muy adormilada, levanto una mano y comienzo a hacerle cuchi cuchi, acaricio el lomo, la espalda, su cabecita. El ronroneo se intensifica pues Gatito Jack ha logrado lo que quiere; irónicamente, el ronroneo me hace dormir de inmediato.

zzz zzz zzz zzz zzz

¡Miau! ¡Miau! También hace un ruidido que no es miau ni tampoco prrrrr es como un pequeño grito. El círculo vicioso se repite: con maullidos me despierta, intento acariciarlo, se incrementa el ronroneo y me hace dormir, y de nuevo con maullidos me despierta.

Para mi la experiencia de ser mamá es maravillosa y le doy muchas gracias a Dios, sin embargo las levantadas por la noche porque querían leche o querían que duermas con ellos o quería Pablo mecerle la hamaca, fueron para mi un suplicio y duraron años, años de años. Cuando finalmente recuperé mis noches de sueño completas, me prometí a mi misma que nunca volvería a tener una mala noche.

Hasta que llegó Gatito Jack. Esto ya se volvió un hábito. Gatito Jack pasa la mayoría de la noche quién sabe dónde, y según mis estimaciones, por ahí de las 3 am o 4 am aparece en mi cuarto para hacer este número arriba descrito.

Finalmente me paro, bajamos las escaleras -esto en sí es otra aventura, pues se me enreda en los pies y varias veces he estado a punto de darme buenos porrazos- y le doy su desayuno y yo me preparo mi café.

Nunca digas nunca.

Fluida, Eléctrica y el día internacional de la mujer

Fluida y Eléctrica son mucho mayores que yo, y en cambio, entre ellas se llevan pocos años. Cuándo yo era chica y ellas no tanto, me decían: «Lucía, a ti te dejaron en una canastita en la puerta de la casa»

Muy asustada, yo las acusaba con mi papá, y mi papá, las regañoteaba: «¡¡dejen de molestar a su hermanita!!»

Al lado de la casa donde crecimos, en Itzimná, había una construcción muy grande, antigua y abandonada que pertenecía a la familia Aristi. Según me decían, en ese lugar hubo con anterioridad un hospital psiquiátrico.

Fluida y Eléctrica me decían «todavía quedan algunos locos en ese hospital… por la noche van a saltar la barda y entrar a la casa!!!»

Muy asustada, yo las acusaba con mi papá, y mi papá, las regañoteaba: «¡¡dejen de molestar a su hermanita!!»

Hasta que un día, mi papá se cansó de regañarlas, observó que ni Fluida ni Eléctrica le hacían ningún caso, por lo tanto, cuando yo iba a acusarlas, mi papá me decía «Pared, Lucy, pared» dando a entender que ellas eran como la pared y que no debería hacer caso a lo que la pared decía.

En una ocasión fuimos al Cine Maya a ver la película del Tiburón. Comenzaron con sus cosas Fluida y Eléctrica y mi papá, al no haber pared, me decía: «Pantalla, Lucy, pantalla»

Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con el Día internacional de la mujer?

Fluida y Eléctrica me decían todo el tiempo que mi papá quería que yo fuera varón y que me llamarían Alvaro, como su hermano. Primero nació mi hermano Rafael, luego llegó Eléctrica, luego Fluida y muchos años después llega un nuevo miembro de la familia. De acuerdo a su relatoría, cuando yo nací y era obvio que no era un varón, mi mamá le decía: «mira Rafael, mira que linda nuestra hija» y mi papá dijo «¡no me interesa! ¡yo quería que fuera niño»

8 De Marzo Día Internacional de la Mujer – Radio Lagarto

Muy asustada yo iba con mi papá y le decía «papá, Fluida y Eléctrica están diciendo ¿qué tu no querías que fuera niña?»

Mi papá se quedaba callado una centésima de segundo. Ahora entiendo que era verdad que no quería tener otra niña -ya tenía a Eléctrica y a Fluida- pero, obviamente, no me lo iba a decir con todas sus letras. En su lugar, me decía: «Pared, Lucy, pared». Es decir = no les hagas caso.

Por lo tanto, ser mujer es algo que no elegí yo, que al parecer no era lo que todo el mundo esperaba, y ahora, 51 años después, no veo como porqué me andan felicitando por ello.

En fin.

Pared, Lucy, pared.

Me duele el codo

Por ahí de noviembre, me empezó un dolor de codo muy molesto.

¿Será porqué, a pesar de que algunas de mis blusas se llenaron de hoyos en la lavadora, las sigo usando así todas llenas de huecos? ¿Será porqué, no me importa comer algunos alimentos más allá de la fecha de caducidad? O, ¿será porque mi anillo favorito, que uso todo el tiempo, me costó $29 pesos en Shasa?

No, en este caso, estamos hablando de un dolor real, literalmente hablando, me dolía el codo. Me hice tonta todo noviembre, diciembre, enero, y casi acabando el primer mes del año, decidí atenderme, visité a una terapeuta física.

La terapueta, una doctora muy amable, me hizo una revisión de muñeca, antebrazo, codo, brazo y hombro y dictaminó: señora, a usted le duele el codo.

«Esto se debe a un exceso de uso de la extremidad. ¿Utiliza usted mucho su mano derecha?»

¿Qué si la utilizo mucho? Desde que nací, hace más de 51 años, mi mano y brazo derecha me sirven para todo exactamente todo absolutamente todo lo que hago. Como dijo Porfirio Díaz: «la izquierda no me sirve para nada».

–Le recomiendo -dijo la doctora- que trate de usar el brazo lo menos posible y ponerse esta cremita dos veces al día.

¡Claro! le dije, ¿cuánto cuesta la cremita?

A continuación me dijo un precio, la doctora, que me detuvo la sangre en las venas. Definitivamente, me estaba recetando una terapia para ambos dolores de codo, el real y el figurativo.

Ya no pude echarme para atrás, así que le pagué la dichosa cremita. Tuve que pararme varias noches en la Ave. Aviación (lo que sería la Ave. Sullivan en la CDMX) para juntar el dinero.

Eso sí, valió la pena, toda vez que la crema ha funcionado maravillosamente y, oh maravilla, ya no me duele el codo. Sin embargo me parece que es de esos remedios que si se dejan de usar, dejan de servir. Ojalá que no sea necesario seguir comprando la crema, por el bien de todos mis codos….

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