
María y José se tienen que llevar al niño a Egipto. Dios Padre no quiso ahorrar fatigas a los seres que más quería. Pero nos ha prometido fuerza para soportar los problemas, no la falta de problemas.
San José obedeció la instrucción de irse a Egipto sin chistar y sin miedo, porque sabía que Dios no lo iba a dejar solo. Así hemos de hacer nosotros en situaciones difíciles, quizá extremas, cuando nos cueste ver la mano providente de Dios Padre en nuestra vida o en la de quienes más apreciamos.
Me encanta como Santa Teresa dice de San José, que es un santo consentidor, y que como es papá de Dios, éste no le niega nada.
Dice la Santa: » De su intercesión eficaz dice Santa Teresa: «No me acuerdo hasta ahora haberle encomendado cosa alguna que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, de los peligros que me ha librado, ansí de cuerpo como de alma; que a otros santos parece le dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad, a este glorioso santo tengo experiencia que socorre en todas y que quiere el Señor darnos a entender que ansí como le fue sujeto en tierra –que como tenía nombre de padre siendo ayo, le podía mandar– ansí en el cielo hace cuanto le pide. Esto han visto otras algunas personas –a quien yo decía se encomendasen a él– también por experiencia, y ansí muchas que le son devotas, de nuevo han experimentado esta verdad»
The Prayer to St Joseph
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Las madres de familia deberán ejercitar con frecuencia esta fortaleza de modo discreto y ordinariamente amable y paciente. Serán entonces la verdadera roca firme en la que se apoya toda la casa.