Estamos a punto de cambiar el horario una vez más. Esta costumbre comenzó hace muchos años cuando la primera mujer que llegó a ser titular de una secretaría de estado, de nombre Rosa Luz Alegría, instituyó la practica del «horario de verano» únicamente en Yucatán y Quintana Roo. Era el año 1981, y la medida fue cancelada al poco tiempo, me imagino porque se habrá hecho un relajo con las otras zonas horarias de México.
En 1996 se volvió a implementar el cambio de horario u horario de verano. Hubo cierta confusión los primeros años porque la ciudadanía, entendía que la medida tenía por objetivo el ahorro de energía, pero para ellos mismos, es decir, esperaban una reducción en su recibo de luz.
El horario de verano busca aprovechar que en los meses de primavera y verano hay más sol en el hemisferio norte; de tal forma que son las 9 de la noche y todavía tenemos algo de luz solar.
Por la mañana es un martirio la levantada cuando es horario de verano. Gracias a Dios este año -2018- la operación cayó en medio de las vacaciones, lo cual nos da unos días para acostumbrarnos; recuerdo con dolor un año no hace mucho que el primer día de horario de verano fue también el primer día de clases después de dos semanas de vacaciones y fue un auténtico martirio para todos.
Los primeros años con esta medida, en l996, uno tenía que estar pendiente de actualizar sus relojes; ahora se actualizan solitos ellos, en la computadora, el teléfono y el coche. Solamente los de mancuerna y uno que otro reliquia del pasado debemos modificar. En verano adelantamos una hora; en invierno, la retrasamos y es delicioso porque implica una hora más de sueño.