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Mamá que trabaja

En mi lugar de trabajo, Fundación Bepensa, la estructura es como sigue: hasta arriba el Presidente del Consejo, luego el Consejo, luego el Gerente y luego dos jefes de proyectos, uno de los cuales soy yo. Hace algunos días, regresando de Tizimín, el Gerente le dijo al Presidente: «Fernando, ¿cuándo quieres que nos reunamos para revisar pendientes?» Fernando le contesta, medio serio medio en broma, «¡Cuándo Lucía quiera! ¡qué decida Lucía!»

Todavía medio sin entender, le dije «Fernando, a tus órdenes» Su respuesta fue: «las últimas dos juntas te saliste a la mitad. Así que tú eres la más ocupada. Así que ¡tu pon la fecha!»

Roja como un tomate, o como el logo de Coca Cola, tuve que reconocer la absoluta verdad del comentario. La junta anterior tuve que salir antes de tiempo porque era la obra de Teatro de mi hijo Andrés. Y la junta anterior a ésta, igual me tuve que retirar antes de que termine por que era el festival de fin de curso, también de mi hijo Andrés.

Roja como el logo de Coca Cola, y muy muy apenada, le dije bajito:  «…es que junio es un mes muy complicado…»

Cuando se es una mamá de trabaja, yo no puedo hablar por las demás mamás, pero puedo hablar por mi. Yo como mamá que trabaja me queda muy claro que mi prioridad es ser mamá. Mis jefes lo saben y también mis patrones y creo que se lo he dicho a toda la empresa. Primero mis hijos. Fin de la discusión.

Eso no quiere decir que yo soy la mejor mamá del mundo, lejos de eso, ni que me vayan a dar un premio por mis extraordinarias dotes como madre y esposa, para nada. Solamente quiere decir que en la vida hay prioridades y para mi me queda claro cuales son las mías. Tampoco quiere decir que yo dejo tirado el trabajo, que no cumplo mis objetivos, que no repongo el tiempo de trabajo que me conceden para ver cosas de mis hijos;  y que lo hecho todo, de la mejor manera posible, haciendo mi mejor esfuerzo.

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Soy una mamá que trabaja feliz porque me encanta lo que hago, y en Bepensa nunca de los nuncas me han negado un permiso para atender situaciones que tienen que ver con mis hijos. Mi esposo también está muy pendiente y ahí la vamos llevando. Y mis hijos han tenido que aprender que hay cosas que no se pueden hacer porque su mamá trabaja.

Quedamos en que la próxima vez que nos veríamos sería el tres de julio y … no voy a poder ir por un trámite de mi hijo Andrés que a fuerza tienen que ir ambos papás. Parece chiste. Muerta de la verguenza le pedí muchas disculpas a Fernando, y él, de lo más amable y comprensivo, supo entender.

Así es esto, en la vida hay prioridades.

Maternidad

motherhoodEs muy lindo tener hijos. Es muy cansado, y estresante, y costosísimo. Todo eso no importa porque el valor de tenerlos -desde mi punto de vista- sobre pasa por mucho el valor de no tenerlos.

En nuestra cultura «posmoderna» hay personas que han decidido no tener hijos. Está bien, no me conciernen sus decisiones ni tienen que pedirme permiso. Siento que me dan pena porque se están perdiendo de una experiencia que es como un «roller coaster» de emociones y momentos padrísimos que no termina nunca mientras Dios conceda vida. Es la mejor escuela para aprender a dar amor. Y sabemos que dando amor es como se siente amor.

Amor a los hijos es sentirse completos solamente porque existan, desear que ellos estén bien aunque tú no estés bien, desear que sean felices aunque no te quieran (por eso los educamos), dar y dar y dar sin esperar nada a cambio. Como Dios nos ama a nosotros. Sin esperar nada a cambio.

Ser mamá quiere decir:

Que cuantas veces pones la mirada encima de tus hijos, te vuelves a maravillar de lo sensacionales fabulosos extraordinarios y maravillosos que son. Todas y cada una de las veces que los miras. Cientos de miles de veces.

Que cada vez que los miras o escuchas hablar o los ves mientras duermes, te preguntas a ti misma: ¿yo fui capaz de hacer esto tan lindo y precioso? No creo. Entonces entiendes una vez más, que venimos de Dios. Porque no hay una mamá que está segura de que no es lo suficientemente genial para crear algo tan genial como sus hijos.

He leído varias veces las justificaciones de las personas que no tienen hijos voluntariamente … «sí tengo hijos ya no podré viajar, ir al cine, ponerme borracheras, tener coche / casa / ropa / relojes de lujo, disfrutar mi libro con tranquilidad…» ¡pobres! no saben lo que se pierden. Efectivamente toda esa libertad se pierde un poco o se pierde toda, pero lo que se gana… es un premio mucho mucho mucho mucho mejor.motherhood (1)

El premio consiste en ser una especie de puente entre tus experiencias y Dios y tus hijos. La mayor parte de las veces no sabes lo que haces. Lo intentas, pidiéndole a Dios no regarla mucho. Un día a la vez, ahí va saliendo. Más o menos. Mientras tengan la capacidad de amar, ya con eso, con que tengan fe, ya con eso, los hijos son el premio mayor.

Animales con sus bebés

En esta página hay 45 fotos de diversos animales con sus bebés. Como se dice actualmente: «awwww»

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¿dónde estarán Andrés y Pablo?
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¡Ven a bañarte!
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No te pareces en nada a mi, hijo

¿eres suficiente mamá?

La portada del Time magazine de este mes ha causado gran controversia en EUA. Presenta a una mujer de 26 años -su edad no es relevante- dándole pecho a su hijo que el próximo mes cumplirá cuatro.


A proósito de mayo mes de mamá, la revista Time habla acerca del «atachment parenting» que se podría traducir como el modelo del «apego».

Cuando mis hijos eran bebés leí al Dr. Sears, quien es el gurú de este modelo, quien tiene ocho o nueve hijos y a todos los ha criado de esta forma. El modelo del apego no es otra cosa que, según mis palabras, «tropicalizar» la crianza de los niños.

El apego es abrazar y besar al niño, tener mucho contacto físico, dejar que duerma en la misma cama o por lo menos en el mismo cuarto.

El modelo del apego defiende además, el darle pecho al niño lo más posible. La señora de la foto tomó pecho hasta los seis años. Sus papás eran nutriólogos de la Universidad de Berkeley en CA, así que no eran precisamente ignorantes.

Salvo lo de dar pecho, el modelo del apego es común en nosotras mamás latinas. Que el bebé duerma en nuestro cuarto, por favor. Según nosotras es por la comodidad de levantarse de noche a darles de comer, pero también en parte es porque no soportamos separarnos mucho.

En las comunidades rurales es más común ver a niños más grandecitos tomar leche de la mamá. En las ciudades, las campeonas aguantan hasta el año. (Yo seis meses con cada uno y me costó mucho trabajo). Más allá del año, se ve rarito, pienso yo.

Para mi gusto, la portada del Time es un poco provocadora, sobre todo porque te preguntan si eres «suficiente mamá». Si fuera tan solo por darles pecho hasta que se casen, bueno fuera. Pero no. Es mucho más que eso. Mucho, mucho más.