El año tenístico 2016 tuvo dos mitades muy claras: la primera mitad dominación total de Djokovic y la segunda mitad dominación total de Murray.
Después de ganar el Abierto de Francia o Roland Garrós, que era el único Grand Slam que le faltaba, Djokovic entró en una especie de depresión o situación emocional quizá provocada por la falta de motivación. Para jugar a esos niveles tan altos necesitas una dosis importante de ilusión y emoción y al parecer se le gastó a Djokovic. Además, dicen las malas lenguas que tenía problemas con Jelena (su bella esposa) problemas con su entrenador Marián Vajda y con el otro entrenador, Boris Becker.
Rafa Nadal, jugó algo, no mucho, dió algunos buenos partidos, sobre todo en los Juegos Olímpicos de Río en los que se llevó la medalla de ORO, y aproximádamente un mes antes de que se acabe la temporada decidió dejar de jugar en lo que queda del año. Se hizo un implante de pelo costosísimo y se dedicó a su carísima y exclusiva academia de tenis en Manacor, de dónde él es-

Roger Federer, se retiró del juego a mediados de año, aquejado por dolores de espalda. Para alguien como Roger, acostumbrado a viajar todo el tiempo, hospedándose en los mejores hoteles, haciendo «shopping» de alto nivel aconsejado por su amiga Anna Wintour, escuchando día y noche que sus pedos huelen a rosas y que su sangre huele a perfume, tener que quedarse achocado en su chalet suizo con sus cuatro hijos subiéndose por sus espaldas día y noche, escuchando mugir a las vacas y a su esposa pegarle de gritos, ha sido una tortura.
Mientras todo eso sucedía con los otros tres, Andy Murray encontró la receta que tanto estaba buscando. La receta consiste principalmente de dos ingredientes: Jaime Delgado su «hitting partner» e Ivan Lendl su «full time coach». ¿Qué le dijo Andy a Lendl para convencerlo que regrese? solo Dios lo sabe. Y ellos dos. Gracias al Cielo que Lendl accedió acompañarlo y desde el primer torneo en Queens (Londres) ahí estuvo Ivan con su cara de piedra sentado junto a su mamá (de Murray) y su bellísima esposa (de Murray) y Jaime Delgado y Matt Little y los otros miembros de su equipo.
Murray ganó todo lo que jugó (exceptó el US OPEN) y cerró el año como número 1 del mundo. Si tomamos en cuenta que para junio tenía 8 mil puntos menos que Djokovic, realmente estamos hablando de una proeza.

Ahora, todos a descansar, a divertirse (por ejemplo, el papá de Murray se casa en diciembre con una mucho más joven que él) y a aprovechar el tiempo para entrenar y preparase. El primer torneo que jugarán será en Abu Dhabi partir del 27 de diciembre, aún en 2016.
QUÉ NOS ESPERA PARA EL 2017
Djokovic anda por todos lados en compañía de un «gurú» o consejero espiritual de nacionalidad española, Pepe Imaz, quien fue jugador de tenis no muy bueno y ahora tiene una academia de tenis enfocada en el amor y emociones positivas. No es un secreto para nadie que los días de Becker están contados y será despedido muy pronto. Becker era un genial tenista en los ochentas, ganador de seis grand slams, sin embargo el pobrecito es muy pesado.
Federer y Nadal regresarán muy repuestos después de sus descansos forzados, y Nadal con una abundante mata de cabello. Se espera que jueguen bien y sean peligrosos, pero no mucho. Nunca como antes.
Los dos jugadores que pueden destacar mucho en el 2017 son el candiense Milos Raonic y el gran Juan Martín del Potro. Raonic es un «serve boat» sin embargo ha hecho un buen esfuerzo para variar su juego, por lo tanto cada vez juega mejor y más interesante. Y Juan Martín es un sensacional tenista extraordinario jugador con increíble y bellísimo juego. Si no hubiera estado tan lastimado ya hubiera ganado varios grand slams.
Para mi, el mejor partido del 2016 fue uno de estos tres: Del Potro vs Nadal, o Del Potro vs Djokovic o Del Potro vs Murray, los tres ocurrieron en los Juegos Olímpicos de Río. Creo que me quedo con el de Murray por obvias razones.
Viva el Tenis! God Bless Tennis!

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