Hoy llegó a la casa la nueva lavadora. Somos felices.
En agosto del 2011, la que tenía, la regalamos, porque ya había dado 10 años de uso constante y ya sonaba mucho. Hacía mucho ruido, no sé porqué.
La idea era: para qué gastarle en reparaciones, mejor compramos una nueva.
Nos cambiamos de casa en agosto con una cantidad de gastos bastante fuerte y nos tuvimos que aguantar, sin lavadora, hasta hoy. Mientras tanto, ibamos al «coin laundry». Fue una tortura. No creímos que fuera a ser tan dificil.
Ahora ya tenemos lavadora, y estamos tan contentos, que nos quedamos viéndola trabajar en su primer ciclo de lavado (uniformes de la escuela de los niños)